
El fundador de la influyente disquera de música mexicana Del Records inició su juicio penal en el centro de Los Ángeles, alegando que fue “manipulado” por un ex empleado de confianza y que no debería ser él quien enfrente cargos por haber realizado negocios con un promotor de conciertos en Guadalajara con presuntos vínculos con cárteles de la droga en México.
Ángel Del Villar, CEO de Del Records, estuvo presente en la sala del tribunal mientras su abogada, Marissa Goldberg, argumentaba que Brian Gutiérrez, ex vicepresidente de la empresa y encargado del cumplimiento normativo, convenció a Del Villar de que todo lo que hacían era legal. Según Goldberg, las pruebas demostrarán que Gutiérrez, en realidad, trabajaba como informante confidencial del FBI y ayudó a las autoridades a fabricar un caso en su contra.
Durante los alegatos de apertura, los fiscales revelaron que Gerardo Ortiz, ex artista principal de Del Records, ya se declaró culpable de conspiración en este caso y testificará contra Del Villar.
Según la fiscalía, agentes del FBI entregaron a Ortiz una carta en abril de 2018 en el aeropuerto de Phoenix, advirtiéndole que debía dejar de presentarse en eventos organizados por Jesús “Chucho” Pérez Alvear, un promotor musical designado oficialmente como narcotraficante bajo la Ley de Cabecillas del Narcotráfico Extranjero (Kingpin Act), lo que lo hacía sujeto a sanciones de Estados Unidos.
Inicialmente, Ortiz consideró dejar de trabajar con Pérez, pero los fiscales afirman que fue Del Villar quien lo convenció de ignorar la advertencia, ya que parte de las ganancias de esos conciertos fluían directamente hacia su agencia de talentos, Del Entertainment, también acusada en el juicio. En total, Ortiz realizó 19 conciertos más con Pérez.
Ortiz testificará y detallará su encuentro con el FBI, la advertencia que recibió y cómo Del Villar lo instó a seguir presentándose. Además, se presentó evidencia de que Gutiérrez alertó al FBI sobre lo que sucedía dentro de la empresa, entregando mensajes de voz y textos incriminatorios de sus superiores. Posteriormente, se convirtió en informante confidencial de la agencia.
La defensa de Del Villar sostiene que Gutiérrez no es una fuente confiable y que tenía ambiciones políticas y un deseo de protagonismo. Según su abogada, Gutiérrez manipuló a la compañía, asegurando que se encargaría de verificar todo con los abogados y garantizar que las actividades fueran legales. También se afirmó que fue él quien canceló un comunicado de prensa en abril de 2018 en el que Del Records planeaba anunciar que no haría más negocios con Pérez.
La defensa argumentó que Gutiérrez gestionó invitaciones oficiales para que Ortiz continuara actuando en eventos organizados por Pérez, reservó vuelos privados y viajó con él a uno de los conciertos, mientras mantenía contacto con el FBI para protegerse.
Si Del Villar es declarado culpable de violar la Ley de Cabecillas del Narcotráfico, enfrenta una pena máxima de 30 años de prisión.
Credito: Rolling Stones